lunes, 4 de febrero de 2013

COMUNIÓN Y DIVERGENCIA ENTRE ARTE Y ARTESANÍA

Ana Karina Pedrero Vargas



Cuando se habla de artesanía vienen a la mente imágenes como el de las mujeres que venden muñecas de trapo en la calle, pumas de papel maché, juguetes típicos, canastos de mimbre, máscaras, etcétera. En lo que no se piensa, es en las obras de autores como Renoir, Tolstoi, Mozart y Virginia Wolf. No se piensa dos veces antes de decir que las obras de estos autores son arte. Pero a las llamadas artesanías no se les considera como tal, sino que se les asigna este nombre como una especie de diminutivo, incluso de manera peyorativa, algo así como un arte en pequeño.

Su elaboración requiere virtuosismo, no hay dos artesanías iguales, y son hechas por mano humana, pero nunca se les ha concedido la gracia de la genialidad, no se considera que su creación brinde una idea, o un motivo particular, como el que necesariamente debe dar el arte, y no cumple con los requisitos que por años se les ha adjudicado a las piezas artísticas. Para lograr hacer una comparación justa y completa entre estos dos conceptos, primero, se deben analizar todas las características de ambas.

Por un lado está la artesanía ¿Quién la elabora? ¿Cómo es el proceso de elaboración? ¿Qué uso se le da? Y ¿cuál es su propósito?

En el texto de “Canastitas en serie” se deja más que claro, que el proceso para hacer las canastitas, no solo es tardado, sino que requiere de paciencia, inversión monetaria, energía, y ánimo. El artesano, muy claramente le aclara al extranjero que sus canastitas son hechas por él desde la materia prima, y que para hacerlas necesita inspiración. Por lo tanto se puede deducir que la artesanía, al igual que el arte, requiere de un proceso intelectual, y el artesano refleja en sus canastitas su visión de la naturaleza, y, por lo tanto, hay una expresión. Con esta deducción se puede separar a las artesanías, de los objetos inspirados en éstas, que están hechos en serie, y a la vez se le puede relacionar con el proceso intelectual que una obra de arte necesita para su realización.

Por otra parte, está el artesano. Regresando al texto de Traven, se describe al artesano del relato como un hombre sin recursos económicos, que apenas tiene las nociones básicas de la matemática, obviamente no es un hombre que haya desarrollado académicamente su talento para hacer canastitas, sin embargo, las fabrica, y comprende que su objeto no es una simple canasta. Al principio del relato él regateó su producto, pero al momento de elaborarlo en cantidades industriales, su precio aumentó de acuerdo a la cantidad de energía (de todo tipo) que él tendría que invertir. Sus canastitas no tenían nombre, ni firma, y las personas que las compraron ni siquiera se molestaron (ni se interesaron), en preguntar su nombre, sus artesanías carecían totalmente, para fines prácticos, de autor, estaban en el anonimato. Esta es una gran diferencia entre arte y artesanía, ya que, si bien si existen obras de arte anónimas, en la gran mayoría de los casos las obras tienen algún símbolo o nombre que reconoce su origen, la firma en la obra de arte es muchas veces el arte en sí, ya que es el indicio de que ha sido creado, ya no por la mano del hombre, sino por la mente y la razón del humano. El artista refleja su personalidad, sus sentimientos y principalmente su forma de ver la vida. En la artesanía, por el contrario, el origen se restringe al pueblo de procedencia, o a la cultura que acostumbra ese tipo de objetos, también podría considerárseles a estas inclinaciones como autorías, pero ni siquiera viéndolo de esa manera podría haber una relación espiritual con la personalidad de alguien, que es, al fin de cuentas, lo que busca el arte: comunicar una idea, hacer pensar.

Las muñecas de trapo son para jugar, las canastas son para poner cosas y los vasos para contener líquidos, ¿o no? Una de las características de las artesanías, es que (si bien, tienen un uso específico, ya que estos objetos son, físicamente hablando, muy claros en cuanto a su utilidad) su función puede distorsionarse, y una jarra llega a convertirse en un adorno, y ya no se puede jugar con la muñeca de trapo, porque es “de adorno”. Estas dos palabras (tan usadas) son clave en el análisis de la artesanía, porque la función principal de una muñeca es entretener a una niña (o a quien sea) en un juego, pero al ser vista como una artesanía, como un objeto digno de admiración, la muñeca de trapo adquiere otro valor, y ya no pertenece al conjunto de juguetes comunes, sino que se convierte en un juguete, pero de colección, un objeto especial que celebra el concepto de juguete, que representa la razón de ser de una muñeca, pero su existencia particular es tan especial que no puede ser manipulada, para no alterar ese estado de perfección.

“Hay un momento en el que el objeto industrial

se convierte al fin en una presencia con un valor

estético: cuando se vuelve inservible. Entonces se

transforma en un símbolo o en un emblema.” – Octavio Paz (1998)

La muñeca de trapo vendría siendo el objeto industrial, es decir, el mero uso o función, sin nada escondido, pero al ser pensado como una artesanía, su significado se transforma y adquiere un valor estético, por lo mismo de que ahora es perfecto y representa a la idea de un juguete, pero celebrada, se vuelve inútil, ya que no puede cumplir su función en el plano material, pero en el plano de las ideas, sigue siendo útil, ya que su función no se ha puesto en duda, solo que ahora es un símbolo.

El arte, por otro lado tiene la facultad, de poder representar cualquier idea, no se pensó para un uso específico, y por lo tanto existe la libertad infinita de adjudicarle su significado a cualquier cosa, es totalmente libre, sin ataduras de ningún tipo, su único propósito es transmitir una visión del mundo, y esta visión varia según el espectador, y para lo que uno es un cuadro que representa a la naturaleza de las cosas, para otra persona es la idea de la tristeza. En el arte existe, como menciona Octavio Paz, un enriquecimiento espiritual, que la artesanía no brinda, si bien la artesanía consigue ver objetos cotidianos de manera más profunda, no logra despertar el espíritu para ver lo que la obra de arte esconde, no existe una doble significación, ni ese mundo infinito de ideas. Es eso lo que distingue a la artesanía del arte.



BIBLIOGRAFÍA

· Traven, B., (1998) Canasta de cuentos mexicanos, Canastitas en Serie. Ed.Selector, México, D. F.

· Paz, O. (1998) El uso y la Contemplación Revista de Camacol v. 11(1): Edición 34, marzo 1988, pp. 120-125.

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